futbol

lunes, 23 de septiembre de 2013

UNA AFICION TRISTE. UN EQUIPO LIDER


     En una misma semana el Barça ha debutado en Champions   y ha viajado a Vallecas ganando con sendos 4-0. Un espectador imparcial, alguien que entendiera poco de fútbol pensaría que esas dos victorias a domicilio, y que el equipo sea líder en la clasificación con 5 victorias en 5 encuentros serían motivos suficientes para que los culés estuviéramos contentos, y que se nos notara.

     Comentaba yo ayer que si nuestro gran rival hubiera ganado 3-2 al Sevilla en el minuto 93 la prensa hubiera titulado en dorado la hazaña, hubiera hablado de lo largos que son los partidos en aquel estadio y se hubieran acordado de algunos antepasados cuyos espíritus parecen  tener encerrados como el mago de la lámpara esperando a que alguien la frote y poder  pedirle el deseo correspondiente.

     Hubieran hablado de remontada colosal, de arranque de furia, de impetu galactico y de locura, sobre todo de locura en las gradas.

     Nosotros, en cambio, parecemos deprimidos, tristes, cuando no enfadados por el juego del equipo. Molestos porque en ocasiones, un defensa, ante una presion muy alta, decide lanzar un pelotazo. Enfadados porque, a veces, en lugar de pasarnos la pelota durante minutos y minutos, observamos un cambio de juego o una carrera por la banda de un extremo.

     Nos habíamos acostumbrado a que Valdés se la pasara a Mascherano, este a Piqué, luego a Xavi, que se giraba se la daba a Iniesta y vuelta a Piqué que ante la complicación volvía a hacerla pasar por las botas de Valdés para volver a empezar.

     Refugiados en unos recuerdos, cercanos, pero que suenan distantes, nos hemos empeñado en que el Xavi de 34 haga lo que hacia aquel Xavi de 29, que el Iniesta de hoy sea capaz de salir de 4 rivales y que Neymar se adapte en 6 semanas a un juego tremendamente complicado y con una puesta en escena absolutamente espectacular.

     Nos sentimos tristes por que  Martino, que ha ganado todo lo que ha jugado hasta ahora, no sea Pep,  por poner  en el campo sus propias ideas, y le reprochamos que esté mas pendiente

de aportar soluciones que de defender un ideal que ni siquiera es el suyo.

     Y en ese estado de animo, entristecidos por no deslumbrar como antes, echamos de menos aquellos rondos interminables que acababan, cuando el rival dejaba un hueco, en un golazo logrado desde dentro del área pequeña tras cuatro pases y dos paredes.

     Aunque a veces olvidamos los momentos en los que intentábamos una pared imposible en el área pequeña, en los sustos en nuestra propia cuando los pases a Valdés (obligados aunque hubiera 4 presionando) nos hacían temblar viendo al gran guardameta regateando al delantero centro rival.
    
    
     Ahora, parece que pillar a la defensa rival adelantada, disparar desde el borde del área o correr la banda para dar un centro, sea traicionar nuestra ortodoxia, como los ortodoxos de ciertas religiones o de ciertas ideas que son incapaces de ver más allá de éstas.

     Y es raro encontrar a alguien que reniegue(yo nunca lo haría) de aquel sistema que puesto en marcha rozando la perfección por Guardiola nos dio 13 de 17 títulos posibles, que nos hizo ganarnos el reconocimiento mundial y que nos hizo estar cada día mas orgullosos de formar parte de este club, que mal que les pese a algunos, seguirá siendo “mès que un club” siempre.

     Pero nos pusimos en manos de un entrenador de fuera, que como el mismo ha dicho hoy, “no es ni de la casa ni holandés” , y no podemos pretender que sea Guardiola con barriguita, ni que copie (“bienaventurados mis imitadores porque de ellos serán mis defectos”) todo lo de Pep.

     Dejemos al Tata Martino trabajar, exijámosle buen futbol, permitamos que siga con sus rotaciones tendentes a que los mejores lleguen frescos al final de temporada, y si fracasa, si no consigue los éxitos que esperamos, pongámosle entonces una nota negativa al dorso y busquemos a alguien que sepa llevar al equipo.

     Pero de momento, disfrutemos del liderato, de las goleadas y, si nos es posible, de las carreras y los disparos desde 30 metros.

     En la caverna están deseando que les hagamos el trabajo sucio.


     Conmigo que no cuenten.

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